¡Dile adiós a la pereza y la apatía!

¡Dile adiós a la pereza y la apatía!

¿Cuántas veces te ha pasado levantarte por la mañana y tener la motivación bajo los pies? El cansancio, el estrés y la rutina diaria pueden poner a prueba las ganas de practicar deporte, especialmente si hace frío afuera y el cielo está gris. ¿Cómo evitar quedarse en el sofá y no hundirse en la inercia total? ¡Lee nuestros consejos y encuentra el adecuado para ti!

Elige tus pensamientos

Para empezar, elimina de tu cabeza todas las frases negativas y desmotivadoras, reemplazándolas por pensamientos positivos y constructivos, como los siguientes: “Siempre me siento genial después del entrenamiento. Mi mente se despeja y mi cuerpo se encuentra mejor”. Los expertos del sector confirman que la autosugestión es una herramienta importante para influir de manera positiva (o negativa) nuestro día. Lo mejor que puedes hacer es preparar algunas frases que puedas repetirte cuando surjan pensamientos negativos. Escribe estas oraciones y léelas una vez al día hasta que puedas memorizarlas. En lugar de entrar en las redes sociales por la mañana, tómate un tiempo para escribir estas afirmaciones positivas y releerlas. Si no sabes por dónde empezar, investiga un poco en la web y encuentra la inspiración adecuada para ti.

Planifica tu día

Últimamente están de moda las listas de tareas pendientes, los diarios bullet y la planificación inteligente de los días. Esto permite tener una visión general de los compromisos y los momentos libres. Al igual que con las compras de comida y las facturas, encuentra y crea tiempo para hacer deporte en tu día a día, agregando objetivos específicos para cada entrenamiento. Esto te dará la oportunidad de ahorrar un tiempo fantástico (no más minutos interminables buscando los ejercicios para hacer), alcanzar tus metas y tener más confianza en tus habilidades.

No olvides las recompensas

Las frases positivas y la planificación pueden funcionar, pero a veces no son suficientes, especialmente si no se ha practicado deporte durante mucho tiempo. Aquí hay dos posibles ayudas para aumentar su motivación:

  • Recompénsate: Después del entrenamiento, recompénsate y disfruta de algo que te haga sentir bien. Una cena deliciosa (¡pero saludable!), Un masaje, realizar una rutina de belleza ... ¡elige la que te dé más satisfacción y te motive para la próxima vez!
  • Busca a personas para practicar con ellas deporte: Es bien sabido que la unión hace la fuerza. Involucra a amigos, familiares o compañeros en tu rutina deportiva, busca en las redes sociales algunos retos a seguir, etc. De esta forma, incluso en los días con mal tiempo, tendrás más ganas y fuerza.

La fuerza del hábito

Por más difícil que sea al principio encontrar las ganas, la fuerza y la motivación, descubrirás que con el tiempo te resultará menos difícil levantarte del sofá y será automático que te pongas las zapatillas de deporte para empezar tu entrenamiento. ¡No te rindas! ¡Confiamos en ti!