Controlar el estrés para tener más serenidad

En este artículo te invitamos a descubrir algunos modos para manejar y reducir tu estrés.

En realidad es bastante fácil. El mejor antídoto contra el estrés es la relajación. Cómo relajarse es una cuestión muy individual.

El único método válido para todos es el sueño. Mientras dormimos, el cortisol disminuye, que ayuda a que nos relajemos. Bastaría con una pequeña siesta. Pero debes saber que una siesta no ayuda cuando se tiene un estrés permanente. El cortisol te despierta y puede suceder que después tengas problemas para conciliar el sueño. 

La mayoría de personas son capaces de relajarse mientras practican una afición. Puede darse el hecho de que simplemente fluyas y te dejes llevar, sin darte cuenta de que pasa el tiempo. Esto es la relajación pura.

Incluso el movimiento es una gran manera de aliviar el estrés. Las reacciones ante el estrés, desde un punto de vista evolutivo, suelen suceder en movimiento (lucha o huída). En ese momento los músculos consumen el azúcar en sangre que a su vez se distribuye mejor por el aumento de la presión arterial. Además en movimiento se liberan sustancias que favorecen la bajada de la tensión y se libera la hormona de la felicidad.

Cabe mencionar algunas técnicas y métodos con efectos beneficiosos ante el estrés:

  • La práctica regular de la meditación puede ayudarte a encontrar tu centro y relajarte. De esta manera puede reducirse el estrés ya existente y evitar que vuelvas a estresarte.

  • Las técnicas orientales como el yoga, Qi Gong y Tai chi también pueden ayudarte.

  • El entrenamiento autógeno favorece la concentración del cuerpo y la mente en un estado objetivo. En este método se usan frases tales como "Estoy muy tranquilo y completamente relajado"

  • La relajación muscular progresiva según Jakobson es muy fácil de aprender. Consiste en tensar conscientemente un grupo muscular y volver a relajarlo. Esta técnica resulta muy adecuada para las personas reacias a las técnicas expuestas anteriormente.

  • Por último, no hay que olvidarse, que el simple hecho de no hacer nada también resulta muy beneficioso, aunque para muchas personas sea algo verdaderamente difícil.